El poder de la Psilocibina

Una sola dosis de Psilocibina podría crear un cambio de personalidad duradero según un estudio.
Un estudio de Johns Hopkins sobre la Psilocibina publicado en setiembre del 2011 en el Journal of Psychopharmacology encontró que una sola dosis de Psilocibina, el ingrediente de los «hongos mágicos», fue suficiente para provocar un cambio de personalidad medible que duró al menos un año, en casi el 60% de los 51 participantes del estudio hecho por investigadores en el Johns Hopkins University School of Medicine (Instituto de Medicina de Johns Hopkins en Estados Unidos).
El cambio duradero se encotró en la parte de la personalidad conocida como «apertura» que incluye rasgos relacionados con la imaginación, la estética, los sentimientos, las ideas abstractas y la amplitud mental general. Los cambios en estos rasgos, medidos en un inventario de personalidad validado científicamente y ampliamente utilizado, fueron de mayor magnitud que los cambios típicamente observados en adultos sanos durante décadas de experiencias de vida, dicen los científicos.
Los investigadores en este campo dicen que después de los 30 años, la personalidad no suele cambiar significativamente: «Normalmente la apertura tiende a disminuir a medida que las personas envejecen», dice el líder del estudio, Roland R. Griffiths, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins.
La investigación, aprobada por la Junta de Revisión Institucional de Johns Hopkins, fue financiada en parte por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas y publicada en el Journal of Psychopharmacology.
Los participantes del estudio completaron de dos a cinco sesiones de dosis altas de Psilocibina o Macrodosis de ocho horas, con sesiones consecutivas separadas por al menos tres semanas.
Se informó a los participantes que recibirían una «dosis moderada o alta» de Psilocibina durante una de sus sesiones, pero ni ellos ni los monitores de la sesión sabían cuándo es que sería la dosis alta y cuando la dosis moderada o «media».
Durante cada sesión, se alentó a los participantes a acostarse en un sofá, usar un antifaz para bloquear la distracción visual externa, usar auriculares a través de los cuales se reprodujo música y centrar su atención en sus experiencias internas.
La personalidad se evaluó en la selección, uno o dos meses después de cada sesión de Psilocibina y aproximadamente 14 meses después de la última sesión de drogas. Griffiths dice que cree que los cambios de personalidad encontrados en este estudio probablemente sean permanentes, ya que muchos los sostuvieron durante más de un año.
Casi todos los participantes en el nuevo estudio se consideraban espiritualmente activos (participando regularmente en servicios religiosos, oración o meditación), y más de la mitad tenía títulos de posgrado.
Las sesiones con Psilocibina fueron monitoreadas de cerca y se consideró que los voluntarios estaban psicológicamente sanos.
“No sabemos si los hallazgos se pueden generalizar a la población en general”, dice Griffiths.
Como advertencia, Griffiths también señala que algunos de los participantes del estudio informaron de un fuerte miedo o ansiedad durante una parte de sus sesiones de Psilocibina de un día, aunque ninguno informó efectos nocivos persistentes. Sin embargo, advierte que si los alucinógenos se usan en entornos menos supervisados y sin el acompañamiento de terapeutas calificados, las posibles respuestas de miedo o ansiedad podrían conducir a comportamientos dañinos.
Griffiths dice que el cambio de personalidad duradero rara vez se considera como una función de una sola experiencia con Psilocibina sino también por los cambios que las personas hacían en sus vidas luego de dicha experiencia.
En el estudio, el cambio ocurrió específicamente en aquellos voluntarios que habían pasado por una «Experiencia Mística», como se validó en un cuestionario desarrollado por los primeros investigadores de alucinógenos en los años 60 (The Mystical Experience Questionnaire) y refinado por Griffiths para su uso en Hopkins.
Él define esta «Experiencia Mística» como, entre otras cosas, «un sentido de interconexión con todas las personas y cosas acompañado de un sentido de sacralidad y reverencia».
La personalidad se midió en un inventario de personalidad ampliamente utilizado y validado científicamente, que cubre la apertura y los otros cuatro dominios amplios que los psicólogos consideran la composición de la personalidad: neuroticismo, extroversión, amabilidad y escrupulosidad.
Sólo la apertura cambió durante el curso del estudio.
Junto con el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, este estudio fue financiado por el Consejo de Prácticas Espirituales, el Instituto de Investigación Heffter y la Fundación Betsy Gordon.
Otros autores de la investigación de Hopkins incluyen a Matthew W. Johnson, Ph.D., y Katherine A. MacLean, Ph.D.