¿Por qué los psicodélicos como los hongos de Psilocibina no son adictivos?

¿Por qué los  psicodélicos como los hongos de Psilocibina no son adictivos?

Muchas veces nos preguntan si la Psilocibina causa adicción y si al terminar el tratamiento se sufrirá del síndrome de abstinencia. La respuesta es un rotundo no. No existe dependencia por lo que no se genera adicción ni efectos indeseados al terminar el tratamiento.

Un estudio del 2015 publicado en el Journal of Psychopharmacology declaró claramente que «no se conoce que los psicodélicos dañen el cerebro u otros órganos del cuerpo o que causen adicción o uso compulsivo; los eventos adversos graves que involucren psicodélicos son extremadamente raros y por lo general han ocurrido cuando estos fueron mezclados con otras sustancias como el alcohol. En general, es difícil ver cómo se puede justificar la prohibición de los psicodélicos como medida de salud pública».

De hecho, investigaciones recientes demuestran que los psicodélicos no sólo son seguros y no adictivos, sino que también son increíblemente eficaces para una gran cantidad de trastornos de salud mental, como la depresión, la ansiedad e incluso las adicciones.


¿Cómo es que esta clase de sustancias que hace tiempo se encuentran agrupadas con drogas altamente adictivas como la heroína, logran no causar dependencia y adicción como lo hacen las drogas tradicionales de abuso? Una inmersión científica profunda en su neurofarmacología puede ayudar a explicar el porqué.
Un estudio científico del 2018 en el Journal of Neuropharmacology evaluó el potencial de abuso de la Psilocibina de acuerdo con los ocho factores de la ley de sustancias controladas (CSA) y encontró algunos resultados bastante interesantes.
Los científicos descubrieron que, «la Psilocibina, al igual que otros psicodélicos clásicos agonistas del receptor de serotonina 5-HT2A, tienen efectos de refuerzo limitados, lo que respalda la autoadministración no humana marginal y transitoria.» En lenguaje sencillo, eso significa que los psicodélicos como los hongos, que actúan sobre el receptor de serotonina 5-HT2A en el cerebro, no tienen efectos placenteros de «reforzamiento», que normalmente se encuentran en drogas como la cocaína y la heroína.
Por «autoadministración no humana marginal y transitoria», los investigadores sugieren que los sujetos del estudio no estaban interesados en volver a tomar los psicodélicos disponibles en el estudio, lo que sugiere que tienen un bajo potencial de abuso.
En última instancia, el estudio sugirió recategorizar la Psilocibina de la escala I (drogas altamente adictivas y sin potencial terapéutico), a la escala IV, significativamente más baja y que admite que este compuesto tiene efectos terapéuticos.

Muchos estudios además han demostrado que la Psilocibina es notablemente eficaz para dejar de fumar que es considerada una de las adicciones más difíciles de superar. Los ensayos clínicos en la Universidad de Johns Hopkins han demostrado que la Psilocibina muestra una mayor eficacia que cualquier otro tratamiento disponible actualmente para dejar de fumar.
Los investigadores de Hopkins informaron sobre quince participantes del estudio que utilizaron Psilocibina como tratamiento para dejar de fumar. De estos sujetos, el 80% logró una tasa de abstinencia, un resultado sin precedentes considerando que la principal intervención farmacológica disponible para dejar de fumar en la actualidad, la Vareniclina, sólo tiene una tasa de éxito del 35%.
Por lo tanto, no sólo se ha demostrado que la Psilocibina no conduce a enfermedades mentales, dependencia y abuso, sino que también ha ayudado a muchas personas a superar adicciones difíciles.

¿Qué pasa con el receptor 5-HT2A? ¿ Por qué los agonistas de este receptor no producen el mismo tipo de dependencia/abuso que las drogas tradicionales de abuso?
La tolerancia a los psicodélicos se desarrolla rápidamente. Tan rápida, que es de conocimiento común que para reproducir los efectos de una dosis completa de LSD o de Psilocibina que se toma un día, al día siguiente se necesitaría tomar el doble de la dosis, por lo que para lograr lo efectos deseados, uno debería de esperar unas dos semanas mínimo para volver a tomar el psicodélico.

Otras drogas de abuso no hacen que la tolerancia se desarrolle tan rápidamente, lo que las hace más susceptibles al uso diario, la dependencia y el desarrollo de adicciones.
Además, la imprevisibilidad de la experiencia psicodélica generalmente no es lo que buscan los adictos que abusan de drogas como el alcohol, la nicotina, los opioides y la cocaína, que es el recuerdo eufórico de una experiencia esperada.
El potencial de ser catapultado hacia los miedos más profundos una y otra vez, evita que los psicodélicos sean drogas muy adictivas. Como claramente dice el etnofarmacólogo e investigador psicodélico Dennis McKenna: «Lo que necesitas para tener estas experiencias es coraje. Coraje para beber el brebaje, comer el hongo, fumar la pipa y luego prestar atención y hacer de ello lo que quieras…»
Muchas veces al salir de estas experiencias no quieres repetirlas en un buen tiempo o quizás nunca más. ¿Cómo entonces podrían ser estas sustancias adictivas?


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