Historia de la Microdosis

Historia de la Microdosis

Aunque el término microdosis se ha utilizado sólo en la última década, el fenómeno en sí tiene una larga historia con evidencias de prácticas de microdosis existentes en muchas culturas alrededor del mundo a lo largo de la historia del hombre.

 
Los primeros humanos: La teoría del «Mono Dopado» o «Stone Ape»
 
¿Los psicodélicos jugaron un papel en la evolución del ser humano?
La mayoría de la gente está familiarizada con Charles Darwin y la Teoría de Evolución. Pero, has oído hablar de la teoría del «mono dopado» del antropólogo y etnobotánico Terence McKenna?
Según la teoría de McKenna, es muy probable que los antiguos protohumanos hayan consumido los hongos de psilocibina encontrados en las llanuras africanas y de esta manera hayan cambiado la configuración de sus cerebros por lo que McKenna cree que este fue el ímpetu que hizo que el «Homo Erectus» eventualmente se convierta en «Homo Sapiens».
En su libro, «El Manjar de los Dioses», explica que hacia el final de la Edad de Hielo más reciente, el norte de África se estaba volviendo cada vez más seco convirtiéndose en pastizales, por lo que nuestros antepasados, que antes vivían en los árboles, tuvieron que adaptarse a este cambio en su hábitat para poder sobrevivir.
McKenna afirma que estos protohumanos eran cazadores-recolectores que se encontraban cerca de manadas de animales. Por lo tanto, res posible que hayan encontrados hongos que contienen Psilocibina que se sabe que crecen e los excrementos de ganado.
Un experimento del psicólogo Roland Fischer en 1970 demostró que dosis bajas de Psilocibina (microdosis) mejoran nuestra visión. La teoría establece que esta mejora en nuestra visión podría haber ayudado a nuestros antepasados a cazar, recolectar alimentos y descubrir depredadores. La introducción de estos hongos en la dieta de los primeros humanos podría haberles permitido vivir más conscientemente, aumentar su aprendizaje y, posteriormente, ascender en la cadena alimenticia.
Ese sería en comienzo de la relación simbiótica entre los «hongos mágicos» y los humanos.
La Primera Ola: Culturas Indígenas 
La primera evidencia de que los hongos de Psilocibina se consumían en el Viejo Mundo proviene de pinturas rupestres del año 10,000 A.C. en la meseta de Tassili, en el Sahara de Argelia, que muestran hongos bailarines antropomórficos.
Del mismo modo, las pinturas rupestres en España creadas hace unos 6000 años sugieren que el hongo Psilocybe Hispánica se utilizó durante ciertos rituales religiosos cerca de Villar
del Humo.

 

Hay una importante cantidad de pinturas rupestres en donde se pueden ver imágenes de hongos de Psilocibina en Europa y África del Norte que datan de 3,780 a 3,660 A.C.
 
En la Edad de Bronce aparecen en el arte de muchos lugares, objetos y pinturas con imágenes de hongos. Sabemos que los Aztecas y los Mayas consumían hongos a los que llamaban la «Carne de los Dioses». Las famosas «piedras de hongo» de México datan del año 1000 al 500 A.C. 

Muchos textos católicos de la época de la conquista se refieren al uso del cactus del Peyote y los Hongos Psilocibios como «brujería» y en el arte de la Edad Media encontramos varias pinturas y esculturas en donde se puede ver imágenes de lo que parecieran ser hongos siendo compartidos y usados en formas que aluden a usos ceremoniales. (Para ahondar más en esta historia recomiendo ver la serie «Psychedelica» en la plataforma de streaming Gaia).

 
 
 

Hasta el día de hoy muchas culturas indígenas tienen un chamán y creen que las plantas son la encarnación de espíritus de la naturaleza y que al consumirlas, uno puede mejorar el contacto con esta sabiduría que lo ha creado todo y que por lo tanto es sagrada. 

Esto ocurre no sólo con el consumo de dosis altas, sino también con las dosis bajas, o microdosis como las llamamos hoy en día. 
 
 
La Segunda Ola: Los «descubridores» occidentales
 
Cuando Albert Hoffman, un investigador farmacológico suizo, sintetizó accidentalmente el LSD en 1938 a partir del hongo Ergot y experimentó el primer viaje de LSD, marcó el comienzo de una segunda ola de psicodélicos en la sociedad occidental.
Con él vino una profunda investigación sobre psicodélicos y la famosa contracultura o movimiento «hippie».
El LSD se utilizó por primera vez en psicoterapia y estudios científicos en la década de 1950, principalmente para tratar la ansiedad, la depresión, la adicción y las enfermedades psicosomáticas. 
En esta época el LSD fue objeto de estudios farmacológicos intensivos y se publicaron casi 10,000 artículos académicos al respecto. 
En los años siguientes, expertos médicos, científicos e incluso en gobierno de Estados Unidos, expresaron interés en la nueva sustancia química. El infame programa MK ULTRA de la CIA analizó el uso del LSD para el «control mental» y la Guerra Química. 
 
Los hongos de Psilocibina llegaron también a la cultura occidental en la década de los 50 cuando en 1957 se publicó en la Revista LIFE un ensayo fotográfico sobre un banquero estadounidense y entusiasta de los hongos, R. Gordon Wasson quien 4 años antes, luego de haber escuchado sobre el uso de unos hongos mágicos en México, había ido a visitar el lugar en Oaxaca y había tenido una experiencia bajo la guía de una chamana Mazateca llamada Maria Sabina, que le había cambiado la vida completamente. 
 
A Wasson se le había permitido traer una muestra de estos hongos que luego de intentar sintetizar en muchos lugares para extraer la Psilocibina, pudo lograrlo gracias a que se la envió a Albert Hoffman, el químico suizo que unos años antes había descubierto el LSD.
Hoffman aisló la Psilocibina y desarrolló una síntesis de la droga en su laboratorio en Sandoz Pharmaceuticals para luego comenzar a producir pastillas de Psilocibina pura de 2mg para ser distribuidas con fines de investigación.
Durante las siguientes dos décadas su administraron miles de dosis de Psilocibina en experimentos clínicos. Psiquiatras, científicos y profesionales de la salud mental consideraron que los psicodélicos como la Psilocibina eran tratamientos prometedores como ayuda para la terapia de una amplia gama de diagnósticos psiquiátricos como el alcoholismo, la esquizofrenia, los trastornos de espectro autista, el trastorno obsesivo compulsivo, la depresión, la ansiedad, entre otros. 
 
Psicodélicos y Mayor Rendimiento
 
En 1966, un equipo de científicos bajo la dirección del Dr. James Fadiman estudió la influencia de los agentes psicodélicos en las habilidades creativas de la resolución de problemas de los participantes. 
En el experimento «Agentes Psicodélicos en la Resolución Creativa de Problemas» se evaluó a 27 personas que trabajaban en profesiones creativas como ingenieros, arquitectos, científicos y diseñadores. Les dieron 200mg de sulfato de mescalina (esto es comparable a 100 microgramos de LSD o 1g de Psilocibina, así que apenas una dosis pequeña) y los hicieron trabajar en una tarea o problema. 
Los resultados fueron positivos llevando a muchos de los participantes a presentar propuestas de proyectos, productos y soluciones tecnológicamente avanzadas que fueron mayoritariamente aceptadas por sus clientes. 
Los participantes informaron varias formas de aumento del rendimiento:
 
  • Menos carga de inhibiciones y miedos
  • La capacidad de ver un problema en el contexto adecuado
  • Mayor generación de ideas
  • Mayor capacidad para visualizar y usar la fantasía 
  • Mejor concentración
  • Mayor empatía por los procesos y problemas externos
  • Mayor empatía por las personas
  • Acceso a la información inconsciente
  • Mayor motivación para completar un proyecto
  • Visualización de soluciones
Poco después de este experimento, la FDA prohibió toda investigación científica sobre psicodélicos por lo que la influencia de los psicodélicos en nuestra creatividad y capacidad de resolución de problemas no pudo investigarse más durante las décadas siguientes.
 
El trabajo de James Fadiman
 
Sabemos que Albert Hoffman, el creador del LSD, tomó microdosis de manera regular durante algunas décadas. Hoffman vivió hasta los 102 años y a los 100 años todavía daba largas conferencias con total claridad mental. Él fue quien presentó el concepto de microdosis a otros y sugirió que esta práctica debería de investigarse científicamente.
Finalmente, el investigador y autor Robert Forte, que sabía que Albert Hoffman tenía experiencias positivas con la microdosis, hizo que el Dr. James Fadiman fuera consciente de esta práctica y que comenzara a investigar de forma independiente la microdosis. 
Desde entonces Fadiman ha estado recopilando informes de personas que experimentan con ls microdosis y está recopilación ya alcanzó más de 2,000 reportes de usuarios habituales de microdosis. Su libro, «The Psychedelic Explorer’s Guide», es el primer libro que analiza ampliamente la práctica de la microdosis y la mayoría de los artículos científicos sobre microdosis hasta la fecha se basan en su trabajo. 
 
La Tercera Ola: Aplicaciones Comunitarias y Terapéuticas
 
La tercera fase en la historia de la microdosis es la de una consciencia cada vez mayor de los psicodélicos y la microdosis. La consciencia ha ido en aumento después de que la terapia con microdosis atrajera la atención de los medios en el 2015 con artículos en las revistas Rolling Stone, Forbes y un podcast de Tim Ferris. Poco después, el Microdosing Institude y otras organizaciones pioneras como The Third Wave, comenzaron a brindar educación y apoyo a la comunidad.
La investigación sobre los efectos y aplicaciones médicas de la terapia con microdosis está aumentando rápidamente con organizaciones como la Fundación Beckley, el Imperial College of London y la Universidad de Maastricht a la cabeza. Además, muchas instituciones y empresas están investigando su potencial como tratamiento para muchas afecciones como migrañas, dolor inflamatorio, dolores de cabeza por racimos, TDAH/TDA, TOC, TBI y desequilibrios hormonales en las mujeres.
 
 
 

 

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